Te levantas como todos los días, con un ojo abierto y el otro todavía cerrado, reteniendo un mundo que se desvanece. El despertador ha sonado por segunda vez y no te concede más prórrogas. ¡Cuánto te cuesta aceptar que estás de nuevo en el mundo! Por las rendijas de la persiana asoma ya una tenue… Sigue leyendo Otro nuevo día