Treinta días después

Treinta días después de que empezara julio. Treinta días después de que cerrara la puerta de mi despacho y de que me perdiera entre la gente aquel último día de junio, sigo aquí encerrado entre estas cuatro paredes y recuerdo como un sueño la ilusión de ese paseo al atardecer imaginando que los tiempos estaban… Sigue leyendo Treinta días después