Abrí los ojos cuando la luz del sol atravesó la lona de la tienda. Me sentía mejor. Aliviado. Lo que había sucedido la víspera me parecía ya muy lejano. Mi ánimo estaba anestesiado. Fuera se oían las primeras voces de mando. Por los altavoces sonaba música militar. Letrina, río, uniforme, desayuno, marcha, arenga, pequeño descanso… Sigue leyendo La gran evasión (y III)