Tengo una tésis: la mayoría de los periodistas son unos inútiles.Gustan de ir de notarios de la actualidad.Se crecen al considerar su profesión de importancia capital para el mantenimiento de la democracia y les encanta ser llamados el cuarto poder.
¿Debería limitarse la labor periodística a informar? Hacerlo objetivamente es imposible. La mera elección de una noticia ya implica una toma de partido.Un notario da fe de que algo ha ocurrido.Un periodista nos lo tiene que contar y la narración está siempre emparentada con la ficción o al menos con la intención.Ser objetivo es un objetivo aburrido como así nos lo parecen los notarios.Imaginemos un fotógrafo que se limitara a hacer reportajes o retratros objetivos.¿Es eso posible? Nuestro propio ojo y la mirada que le da la vida son incompatibles con la neutralidad.De hecho, lo que admiramos es la subjetividad, la propuesta original, el nuevo punto de vista,la luz diferente,el impacto que otra mirada nos produce.
La prensa, en general, está más preocupada en defender o atacar el estado de las cosas en un momento determinado que en informar caiga quien caiga.
Los periódicos de un país escriben lo que dictan las agencias de prensa, las radios leen los periódicos y luego nos los resumen, las televisiones atacan o defienden a los gobiernos y la información en internet es la misma en distinto formato.Todos tienen el mismo objetivo: hacernos creer su verdad.Tan preocupados están en lograr audiencia que olvidan lo fundamental : contar lo que verdaderamente sucede y aprovechar su cercanía a los lugares y personas que son noticia y a los que tienen acceso para exprimirlos como a una naranja. En vez de eso, cuando tienen la oportunidad de estar cara a cara con la noticia se quedan casi siempre en la superficie.No hay nada más desesperante que escuchar una entrevista y constatar que nunca se hacen las preguntas que cualquier persona con dos dedos de frente haría.La mayoría de las oportunidades de obtener información se desperdicia por falta de atrevimiento,cobardía o por la terrible pusilanimidad de limitarse a ser la voz de su amo.
Acaban de liberar a un barco pesquero que llevaba más de un mes secuestrado.Todo el mundo habla de que se ha pagado un rescate, incluso se cita la cantidad exacta. En la rueda de prensa que ofreció la vicepresidenta del gobierno nadie osó preguntarle si se había utilizado nuestro dinero para el pago del rescate.No sólo eso, cuando se vio que la señora no iba a aclarar ninguno de los puntos oscuros del caso, los allí presentes, en vez de mandarle a tomar viento fresco, continuaron haciéndole absurdas preguntas.Al final nada se aclaró y todos corrieron a sus medios de comunicación para publicar los lugares comunes de siempre.
¿Alguien sabe por qué existe la carrera de periodismo?,¿qué se aprende allí que habilite para el ejercicio de esa profesión? Me temo que no, pero callamos y otorgamos.Cuando uno informa de algo y no es capaz de aclarar las dudas necesarias para la cabal comprensión de una información es decididamente un perfecto inútil.Lo mismo que un profesor que es incapaz de hacerse entender, ¿de qué nos sirve una información que nada desvela?
Si una casa se hunde y mueren diez personas, está bien informar del suceso.Hasta la ameba más simple querría saber a continuación por qué se ha derrumbado la casa.Algo tan sencillo es, en los tiempos que corren, como pedir peras al olmo.
No me importa que una información tenga la impronta de quien la cuenta o la retrata, que lleve implícita una opinión.Lo que no es de recibo es que todo se limite a repetir lo que otros han dicho.El mundo globalizado no ha generado diferentes visiones de las cosas, ha globalizado también la información y los medios de comunicación no son más que meros amplificadores y repetidores de la misma y cansina desinfoirmación.
Nosotros, los ciudadanos de a pie, hemos caído también en la trampa y, por comodidad o estulticia, hemos concedido a lo dicho por los medios de comunicación carater de verdad. En una discusión la mayor prueba de irrefutabilidad, es que lo haya dicho la prensa.Si es así es incuestionable.El períodico, la radio y la televisión son las biblias a las que hay que mirar o escuchar para confirmar o no nuestras creeencias.Son la última y definitiva palabra.Palabra de dios.Dios que ligero como una pluma, cambia de opinión a diario.
Vienen a ser, los periodistas, como ese hombre del tiempo que nadie conoce y que luego, de manera impersonal citamos al decir: han dicho que va a llover.Lo mismo sucede cuando decimos:lo pone en el periódico.
Me gustaría arremeter contra la mala intención, contra la tendenciosidad, que no digo que no exista, lo lamentable, sin embargo, es que por encima de todo esto, más allá de la ética periodística, lo que destaca es la mediocridad.Ver a alguien que por el hecho de estar presente en un lugar ya cree que la misión ha sido cumplida.Muchos periodistas se han convertido en testigos,sí, pero en testigos ciegos y sordos de lo que pasa.
Nos quejamos de las respuestas que dan muchos deportistas en las entrevistas.Son bochornosas ,lo acepto.¿No habría que fijarse más en las preguntas que les hacen los avispados periodistas?
Después volveré a releerlo, si bien el comienzo ha sido sublime. Lo has clavado chico.
Harppo Marx
Es una onda pandémica, el periodismo no se salva pero empecemos por la alusión que haces al gobierno español respecto a la liberación del barco secuestrado por piratas, ¿Qué p…s significa que no tienen nada más que decir? ¿Desde cuándo ocurre ésto? Tienen, no la opción, sino la obligación de informar a los ciudadanos. La prensa (asunto que me salpica de muy cerca) ha caído en la invulnerabilidad de las fuentes, de delincuentes anónimos sin credenciales, de internet, del vecino de arriba. La verdad a un lado, al otro la historia novelada, dosificada, despiezada y adornada. Copia y pega. Lo peor, la gente opina según el tipo de información que recibe, ni contrasta ni piensa en la posibilidad de la mentira. Helicópteros que atacan con metralletas capaces de disparar 1300 proyectiles de 12.7 mm al minuto, ¿en silencio?, puesto que nadie oyó los disparos. Este detalle nimio es aplicable a la falta de análisis, pues si te pones a fondo, nada de lo que ha contado la prensa es verdad, porque Apocalipsis Now era más creíble que lo de Somalia. ¿Y los debates? Un chollo para la verborrea barata e irresponsable.
Corto.Te dejo. Llevo al peque al básquet.
Buen finde
La carrera de periodismo siempre me ha parecido prescindible pues para ser periodistas bastan «tres tardes»: Cultura; dominio de la palabra; y, saber diiferenciar la opinión de la información.
Sin embargo, tras 5 años (?) de facultad la inmensa mayoría tiene un nivel cultural ínfimo, dá vergüenza ajena como hablan o escriben y, causa sonrojo como tratan de hacer pasar su opnión por información.
eduard,
El caso del barco secuestrado es un perfecto ejemplo de la desfachatez de un gobierno a la hora de informar y de la incapacidad de los periodistas, primero, en plantar cara a esa desinformación oficial y, segundo, en la sumisión al poder cuando tienen la oportunidad de exigir respuestas claras y a la cara.
Parecen como esos matones que cuando su supuesta víctima no está presente hablan de todo lo que le van a hacer cuando la tengan delante y luego, cuando llega el momento, se achantan ridículamente.
Es increible que se acepten una sarta de mentiras como la verdad oficial y lo único que importe sean las lágrimas del reencuentro.
(Yo ayer tuve dos partidos de basket)
JChef,
No sé si cuál es nivel cultural de la mayoría, pero todavía me devano los sesos por saber qué recónditos secretos conocen los periodistas para ejercer su profesión.
Lo que voy a decir casi parece una cantaleta, pero espero que me perdones, ya que ese tiende a ser el «estilo literario» de los oráculos…
La condición humana de nuestra civilización se halla en una espiral descendente de deterioro, que como tal, acelera su caída a medida que el diámetro se acorta. En los quehaceres públicos esto se nota más que en los privados. Las artes, la política y naturalmente los así llamados «comunicadores sociales». Para mí, hay quehaceres más dignos y, por tanto situados en la parte superior de la escala de importancia para la supervivencia de nuestras sociedades. El arte es, posiblemente, el más alto. Por el contrario, hay otros que se arrastran en los pantanos de la parte más baja y entre ellos siempre ha estado el periodismo. Por eso es posible que –afortunadamente– desaparezca antes que las demás actividades a las que los seres humanos dedican sus esfuerzos.
Por una razón simple. Porque su materia prima para elaborar el «producto» que ofrecen a la sociedad es la mentira y el caos. Si no hubiera tragedia, malas noticias y «sucesos», no habría prensa. Para que una noticia sea «noticia» debe estar teñida de sangre, conflicto, dinero de oscuros orígenes y sexo. De otro modo no se publica. Y para que sea noticia de primera plana, debe empeorarse o al menos mostrar su peor cara. Si no, no «vende». Un ejemplo es lo ocurrido el 11 de Septiembre. El horror real era (y fue) suficiente para llenar las primeras planas y el cuerpo de toda la prensa mundial por dos semanas. Pero ¿qué mostraban las primeras planas de ese día? Los cuerpos de los suicidas que caían de los pisos superiores. Los que publicaron algo diferente fue porque no obtuvieron a tiempo estas fotos y seguro lo lamentaron con toda el alma.
El horror, el sufrimiento humano, la crisis el conflicto representan su ingreso. Cuando no lo hay, lo fabrican. Lo demás: la verdad, las soluciones, las buenas noticias, las respuestas, nada de eso importa. No es tema de noticia ni noticia.
Los periodistas que tienen propósitos diferentes a hacer fama y fortuna, a quienes les interesa en algo la verdad, la información, el análisis o simplemente la comunicación de realidades, invariablemente terminan siendo escritores, como García Márquez o Eduardo Galeano.
Creo responsablemente que el periodismo es el espejo de la naturaleza de los lectores. Si hacemos una lectura acabada y crítica, nos damos cuenta de flaquezas, tendencias y falta (o sobra) de preparación en el tema. Sin embargo, nos regodeamos con esto y no buscamos nada más.
La objetividad no sólo debe ser exigida al que escribe, debe venir de la naturaleza misma del lector. Si somos capaces de tomarnos un tiempo para digerir, sin ánimo de caer en largas formulaciones aristotélicas, seremos capaces de discrepar.
En general, los lectores somos flojos y la capacidad de asombro sólo se mantiene a través del morbo. Eso nos sacude la modorra. Somos artífices de nuestro propio periodismo.
Hola!,
Actualizé mi blog, te invito a visitarlo,
Saludos!
Ricardo Asch
http://ricardoasch.wordpress.com
chrieseli,
No sólo el periodismo y los periodistas son nuestro espejo, lo mismo sucede por ejemplo con los políticos y la política,la medicina y los médicos, la televisión y su programación, la bloguesfera y los blogs y un largo etcétera.
Suscribo lo que dices, pero, a pesar de todo, me quejo.
Salud
Con el periodismo ocurre lo mismo que con las traducciones, siempre se gana o se pierde algo. Pero el aura de objetividad que se han dado los propios periodistas es uno de los grandes problemas en esta «era de la información».
Edgar,
Creo que lo peor del periodismo hoy en día es que se ha instalado junto al poder y se ha vuelto ridículamente remilgado.Vive deprisa y no profundiza en nada.Cuando desaprovechan la oportunidad de llegar al fondo de una cuestión y se quedan en la superficie, sólo pensando en primicias y audiencias me siento estafado. Creo que ,muchas veces,están traicionando el sentido de su profesión.Si lo hacen sin darse cuenta son unos ineptos y si lo hacen a propósito son unos vendidos.También hay excepciones y es justo destacarlas.
En una ocasión conocí a un argentino que tenía en su poder un vídeo con la confesión de un oficial del ejército argentino contando sobre las víctimas que llegó a lanzar al mar desde los aviones. Contacté con un productor de la TV3 (La televisión Catalana) y nos lo rechazaron porque no era actualidad en ese momento. No nos lo podíamos creer, pero así fue. La realidad supera la ficción.
MadMax
¿Y qué pasa cuando no hay NADA que contar y aún así los jefes mandan que lo haya? Teníais que haber vivido en Hoyo de Manzanares en plena «crisis de la gripe A»… la familia nos llamaba para ver si realmente íbamos por la calle con mascarilla, si ya teníamos fiebre… hasta pensé que el govierno nos enviaría un ataque termonuclear como en la película Estallido. Los medios habían cumplido su objetivo crear la noticia. Alguien ganaría con ello ¿la oposición?¿las farmacéuticas?
Estoy de acuerdo con que, hasta cierto punto, tenemos la prensa que tenemos porque la leemos, vemos, escuchamos… ¿pero no hay periodistas a quienes sí escuchais, de quienes sí esperáis una pregunta oportuna, un comentario acertado (al menos desde vuestro punto de vista), un artículo comprometido, profundo…? Y otra cosa ¿seríamos nosotros mejores periodistas?
Como siempre, un gusto leerte J.
eduard,
Ya nada me sorprende.Es así de triste.Debería indignarme.Solo siento hastío.
Haz una prueba más simple.Escucha las noticias en radio y TV durante un día.Al final haces recuento y de todo lo que sucede en el mundo se limitan a repetir(todos lo mismo) no más de diez noticias.Estas noticias se refieren a una parte geográfica mínima del planeta y representan a un porcentaje diminuto de la población.El top ten de noticias duran unos pocos días.El dejar de hablar de ellas no depende de que todo haya sido explicado, comentado ,aclarado o resuelto, sino, como tu dices,de que ya no son actualidad.
Con los periódicos pasa lo mismo. Curioso es ver el viaje de una noticia desde la portada hasta los rincones ocultos de la página 33.
Clark Kent
Iñaki,
Si la solución a estos enigmas fuera que hay intereses creados por detrás, que imagino muchas veces habrá,al menos entenderíamos cómo funcionan las cosas.A mí lo que me pone enfermo es que estoy convencido de que las cosas ocurren,otras muchas veces, por dejadez, chapuza y mediocridad.En el periodismo, como en otras muchas actividades,esto se puede ver todos los días.
Cuando un periodista no hace la pregunta oportuna es porque no se le ocurre o no se atreve.Cuando en una tertulia todos piensan lo mismo y nadie debate es porque han convertido el periodismo en un ataque al contrario.Cuando una noticia deja de ser noticia es porque sólo importa la audiencia.Así hasta el infinito.
Los que asistimos mudos a este triste espectáculo y no hacemos ni decimos nada acabamos teniendo lo que nos merecemos.
Si Marca es le periódico más leído de España, si los programas del corazón los más vistos, las tertulias al servisio de su amo las más escuchadas…no es porque nos lo impongan , es porque lo aceptamos o lo queremos.
Gracias
El viaje de la noticia por las páginas del periódico existe tal y como lo cuentas. Se llama despiece de la noticia. Es igual que la maquetación en diseño gráfico, sólo que con titulares, entrevistas, artículos de opinión, etc.
Tribulete
Llego un poco tarde y suscribo lo que dices en tu artículo (que mala!) . De todos modos pienso que el periodismo, al igual que la enseñanza, la cultura, etc…, tienden, en vez de aspirar a nivelarse por la excelencia, a hacerlo por la mediocridad. El otro día me comentaba un profesor de la Complu que estaba asustado por el bajísimo nivel académico de sus alumnos. Sin embargo, gente con talento sigue habiendo en todas las áreas, quizá gente un poco al margen del sistema, no sé muy bien. Pero existe y reconforta.
Yo suscribo, no es broma, lo que dices el comentario.El talento siempre será escaso.Ese no es el verdadero problema.El mal radica en que se imponga lo que tú misma llamas mediocre.