¿Hasta qué punto la gente cuando dice lo que dice ha pensado lo que dice? Parece un trabalenguas pero no lo es. Pensar se ha convertido en algo extraño. Tengo para mi que las neuronas están cada día más desatendidas. Lo peor no es el hecho en sí, sino que casi nadie es consciente de ello. Si preguntas a alguien por qué cree lo que dice creer, por qué opina de una manera o de otra, parece que le estamos ofendiendo. La reflexión es un concepto en desuso y basar una opinión en argumentos ya no es condición indispensable para que sea, la opinión, tenida en cuenta.
Vivimos rápido, lo sé. La información que nos llega es inabarcable. En vez de opinar escuchamos lo que otros opinan y aquello que nos gusta lo repetimos en foros diferentes. El deseo de tener una opinión, aunque no sea nuestra, es más fuerte que el de admitir que no tenemos una idea clara y formada sobre algo. El pensamiento rápido, igual que la comida, se nos presenta envuelto en colores atractivos y además es barato y no exige esfuerzo alguno. Los que callan otorgan y los que dicen pensar se limitan a citar. Esto es vivir de prestado y con el tiempo la enfermedad se agrava hasta tal punto que ya no somos conscientes de que la padecemos. Cuando un enfermo no sabe que está enfermo ya no tiene remedio.
Mundo repleto de clones donde ya no queda casi nada original o propio. Los medios de comunicación repiten lo que otros dicen. Los lectores, oyentes o televidentes tragan sin digerir lo que leen, escuchan o ven. Los tertulianos profesionales improvisan respuestas sobre todos los temas imaginables y llenan sus bocas de opiniones improvisadas. Los políticos ya no defienden ideas sino que viven de las rentas de atacar al contrario y se alimentan como hienas de la carroña. Nada se construye, derribar es lo único importante. Las grandes palabras se han quedado en simples palabras grandes que a fuerza de ser repetidas pierden todo su sentido porque se han visto despojadas de cimientos en los que basarse. Libertad, igualdad, fraternidad parece tan sólo otro anuncio más de coca cola.
Ya casi nadie habla de temas interesantes. Es más, al que se le ocurre tratar de discutir sobre algo que no sea cotidiano se le tacha de pelma y aburrido. Lo bueno es no pensar y divertirse. Contentarnos con creer que ya tenemos suficientes problemas como para perder el tiempo creándonos otros nuevos. La gente va al cine a divertirse, lee libros con títulos en relieve plateados, utiliza el ordenador para chatear con el amigo que dejó hace tan sólo dos minutos, tiene facebook, tuenti y twitter pero lo más ingenioso que ha escrito en su vida es jejeje. En la era de la comunicación hay menos comunicación que nunca.
Cuando ves una película la única pregunta posible es si te ha gustado. Cuando hablas de un buen libro lo único importante es cuántas páginas tiene. Si quieres hablar de política es mejor callarse, no vaya alguien a ofenderse. Al llegar a casa por la noche la televisión se traga de un bocado toda palabra y todo sueño. Encefalograma plano. Los amigos son para beber copas, la pareja para mirar juntos en la misma dirección con violines de fondo pero nunca para mirarse a la cara y los hijos para decir a los amigos que estamos hartos de ellos. El deporte es el único provocador de pasiones y el éxtasis es un gol en el último minuto.
Yo tengo alumnos que piensan que pensar es contraproducente. Sus trabajos son meros copy-paste, su bibliografía siempre es de un tal google. Se aprenden de memoria los reyes godos pero no saben explicar lo que piensan. Tengo amigos que te miran raro si no cuentas un chiste por minuto, compañeros de trabajo a los que no he escuchado una sola idea en años. Leo periódicos que no explican nada más allá de lo evidente, escucho programas de radio donde hasta un microondas, pongamos por caso, preguntaría con mas sensatez y cordura, leo top-blogs que me sacan los colores, veo programas de televisión que son un atentado contra la dignidad humana que se nos supone, escucho a políticos que no saben hacer la O con un canuto… y el mundo, sin embargo, gira y gira sin parar.
Siempre pensé que sin pensamiento no había movimiento. Las ideas huecas, las palabras repetidas , los eslóganes, los comerciales al teléfono, la publicidad obligatoria, los ciento cuarenta caracteres, los muros, los titulares, los mensajes por teléfono, los mítines, las declaraciones de los deportistas, los análisis sesudos de expertos en todas las materias, los libros de auto-ayuda, las peticiones del oyente, el sermón de Benedicto, las cartas al director, los blogs de iluminados, los debates televisados, los suplementos semanales, el horóscopo, el tiempo que hará mañana, las opiniones autorizadas, las estadísticas y la última novela sobre el auténtico tesoro de los templarios son, entre otras muchas, la prueba irrefutable de que me equivoco. Está claro que el pensamiento es quieto y el movimiento hueco.
Ya nadie dice pienso que. Basta con un han dicho, he oído, se comenta o dicen que. Este último es el preferido. Parece que lo impersonal y lo ajeno tiene más autoridad que lo propio. Ellos más que yo. La responsabilidad de pensar pesa demasiado en los tiempos que corren. Así, cuando ellos se equivoquen, yo podré permanecer tranquilo y decir: esto se veía venir. Son unos inútiles. El problema es que ellos son todos menos yo.
Muy buena crítica social, muy en tu línea. Ahora lo raro es pensar. Si piensas y encima quieres exponer tus pensamientos, según en que círculo te muevas recibes una respuesta o una mueca de desagrado. Triste, lo sé, es parte de mi generación… lo dificil es saber dónde está el problema si en los padres, en la opinion pública, en las escuelas, en la maldita caja tonta etc.
Siempre oigo cosas como hay que solucionar las cosas desde abajo, desde la educación. Pero claro sin unos buenos padres que te guíen por el camino la educación escolar no es nada. En cuanto a la televisión, tengo amigos que defienden la tv basura diciendo que les distrae de sus problemas cotidianos, que necesitan no pensar a todas horas y que esos son los programas adecuados para no hacerlo. Yo me temo que aunque distraigan por un momento también se queda algo dentro y al final uno se acaba creyendo que la caja tonta es un reflejo de la realidad…
Es verdad, es lo que hay. Pero, jusamawi, tienes un blog y te leemos.
Sólo discrepo en una cosa contigo: meter en el mismo saco a «el sermón de Benedicto». Podrás estar de acuerdo o no, pero está en un plano totalmente distinto. Otra cosa es lo que digan del sermón los periódicos.
Tienes razón en que esta vida moderna te lleva a la falta de tiempo. Yo intento recuperarlo reduciendo la tele y dedicando tiempo a leer y escribir. Pero que dificil resulta. Demasiada información y encima nosotros los bloggueros aumentandola. Un saludo
Charlotte,
El origen está en todas las cosas que citas pero también en cada uno de nosotros. Ya somos mayorcitos como para pensar siempre que la causa siempre es ajena.
Distraerse no es nada malo. El problema es que de tanto hacerlo ese acaba siendo un estado permanente que nos aleja de la realidad. Cuanto más distraídos más esfuerzo supone bajarnos de las nubes.
pseudópodo,
Y yo lo agradezco. También encuentro estímulos que me hacen pensar que no todo está perdido. Lo que pasa es que uno es humano y, a veces, es difícil no caer en el pozo negro del pesímismo. Otras, justo es admitirlo, el pozo tan negro es un recurso literario.
En cuanto a Benedicto, tú lo has dicho y yo estoy de acuerdo, sí está en un plano distinto pero muchas personas no cambian de plano al recibir su discurso y lo que llega, sea por lo que dice la prensa o por la abulia del que escucha, acaba siendo un simple titular descafeinado.
Concha,
Haces bien en tratar de aprovechar el tiempo. Tú decides cómo y en eso tú eres dueña y señora. No hay peor sensación que la de sentir que hemos perdido el tiempo. Digo que no hay nada peor porque el tiempo, mal que nos pese, no hay manera de recuperarlo.
Es curioso. Objetivamente hablando, estoy en total desacuerdo con la generalización que presentas, llevada al summum en la última línea. No sé si reír u horrorizarme. Sin embargo, a veces, más que «entradas gemelas», lo que escribes me provoca invitarte a una competencia de acidez crítica, porque si a eso vamos…. podríamos estar escribiendo sin parar por las próximas cinco vidas y apenas habríamos empezado.
Naturalmente, no es mi propósito venir a tu propia casa a criticarte por tu crítica entrada, vecino querido. Es cierto que en esta época es un poco peor que en otras anteriores, digamos en la Edad de Oro de Atenas…. pero estoy completamente segura que aún en Atenas, tu post, –escrito por un Platón cualquiera, atribuyendo los intelectuales latigazos a su bienamado Maestro, o (sin ánimo de ofenderte, vecino), por un inspirado Gorgias– hubiese sido igualmente pertinente.
Por paradójico que pueda sonar, el pensamiento analítico, como actividad primaria (ni siquiera regular), nunca ha sido característico de nuestra especie. El punto, para mí es: bueno, ¿y qué estamos haciendo al respecto?
Quiero pensar que el horror te proviene de pensar que en la última línea me refiero a mí. No es el caso. Ese yo no soy yo, es un yo figurado.
No me parece nada mal que vengas a mi propia casa a criticarme. Un blog es público si así se quiere y como éste es el caso, puedes hacer las críticas que consideres oportunas. No me gusta nada que lo cortés esté por encima de lo valiente. Hay casos extremos que tal vez lo justifiquen pero desde luego éste no es uno de ellos.
No estoy de acuerdo en que esta época sea peor que las anteriores. Creo que es un tópico que se repite en todas las épocas. En lo que sí estoy de acuerdo es que la acidez crítica es pertinente hoy, ayer y seguro que mañana. El mundo no es para los complacidos ni para los resignados. Son estos , tanto los unos como los otros los que acaban abandonando todo tipo de pensamiento analítico.
Sí el horror provenía de eso. Me pasó a mí esta vez: hube de leerlo nuevamente, sólo para darme cuenta de que estaba claro como el agua y no lo vi. En todo caso, respiro aliviada. A veces la cortesía y la valentía entran en conflicto, vecino querido, especialmente cuando la cortesía va un poco más allá del asunto de los modales, me refiero a evitar a toda costa herir al otro. Pero estoy de acuerdo contigo en que el dato estable debe ser que la valentía debe primar siempre y agrego que la cortesía no debe nunca desestimarse. En lo demás, simplemente asiento con una sonrisa.
¡Has cambiado la tipografía de los títulos! Se ven MUY bien. No me digas que estás usando el Custom Design, vecino ¡yo llevo una semana queriendo hacer algo con él y ni siquiera he podido sentarme a leer el anuncio de WP! Espero que sea el caso (ya que no veo el molestosito link de TypeKIT de abajo a la derecha de la ventana) y que escribas una entrada en MI blog explicando todo al respecto y, por supuesto, compartiendo tus consideraciones. Aprovecho para informarte que el cambio se ve en Firefox y en Safari, pero no así en Camino. Por ahora no tengo otros browsers en uso.
Me temía que eso era lo que había pasado. Espero que asentir con una sonrisa no sea simple cortesía.
Creo que nadie excepto tú se habrá dado cuenta del cambio de tipografía en los títulos. Me asombras.
También aciertas en lo del Custom design. Ayer pasé un rato echándole un vistazo.Estoy haciendo pruebas en el blog de pruebas. No sé si el tema merece una entrada. Es bien sencillo. Si ya tienes el upgrade para modificar el CSS, automáticamente puedes disfrutar del custom design. Todo es igual que antes en lo que respecta al CSS. Lo que han añadido es la posibilidad de cambiar las tipografías utilizando algunas de las que TypeKit ofrece pero ahorrándonos el link. Puedes cambiar por separado el nombre del blog, los titulos o el texto. Yo estoy muy contento con Arial pero no puedo evitar hacer pruebas. De momento sólo he cambiado los títulos. Lo siguiente puede ser el texto y, ya de paso, cambiar el amarillo por un gris claro. No lo sé. Estoy lleno de dudas. Lo bueno de esto es que en días tan ajetreados como estos, por el trabajo, actividades tan nimias como ésta me vienen muy bien para despejar la cabeza. Ya sabes, cada uno tiene sus perversiones. Yo puedo pasar horas probando colores y tipografías.
Sabes que no lo es, vecino. [smile]. Ya pude leer el pospuesto artículo sobre CSS, me decepcionó un poco, esperaba que fuera una especie de WYSIWYG para ultra-novatos de CSS…. pero no. En fin, en algún momento deberé escribir sobre eso, pero lo encuentro TAN complicado de enseñar… y ni siquiera estoy segura de que alguien quiera tomarse el trabajo de aprenderlo, en parte por lo que mencionas en tu artículo. Entiendo por completo tu pasión perversa por la tipografía, tenemos una amiga común que también la sufre. Como bien dices, cada uno tiene la propia.
Volviendo al tema de tu post, es cierto que el mundo no debería ser para los complacidos ni los resignados. Pero por otro lado, la crítica ácida o (peor) dulcificada sirve de bien poco –tanto para el crítico como para los criticados– si no se acompaña de soluciones factibles. Ya sé que lo hemos hablado en otras ocasiones, pero sigo estando en desacuerdo contigo respecto a lo «peor» o «mejor» que pueda ser esta época en que vivimos. Aparte de la tecnología y, por ende, la disponibilidad de la información y la facilidad de las comunicaciones, no veo avance ninguno digno de mención, me refiero a avances verdaderos, no a apariencia de avances. Pero incluso el avance tecnológico tan vertiginoso, cosas que cuando tú y yo estábamos en la universidad eran Ciencia Ficción pura… no sirven, en general, más que para globalizar la ignorancia, la estupidez y la futilidad. La tecnología sin pensamiento, sin propósito, sin un juego que valga la pena jugar en la vida es tan útil como el clásico arado en el desierto. Aunque la mona tenga un BB, mona se queda.
Perversiones a un lado, sí creo que deberías escribir sobre CSS. Muchos de los que tenemos un blog, apreciamos en gran medida poder hacer de él algo personal. Creo, además, que es un tema desconocido. Al principio asusta pero las cosas básicas que se pueden hacer con él creo que dejarían satisfechas a la mayoría de usuarios. Si, además de eso, les procura como a mí, horas de concentración y relajación mejor todavía.
De la otra polémica no sé ya qué decir. Independientemente de toda las ácidas críticas que se puedan hacer, y siempre sobran motivos para ello, la cuestión de fondo para mí sigue siendo clara. Sí es mejor el mundo actual que el anterior. Es una tendencia natural pensar que no es así porque somos conscientes de todo lo malo que ocurre en el presente y tendemos a olvidar lo malo del pasado.Por eso, cuando somos testigos de todos los horrores que nos rodean, encontramos consuelo en pensar que antes no sucedían estas cosas. Independientemente de que piense que el mundo actual es mejor que el pasado, no quiere decir que mi opinión sobre el comportamiento del género humano en general sea en absoluto optimista.
Las personas comunes son Autómatas sin cerebro desde siempre, cuando no había fútbol, deportes y demás, iban al circo Romano. Diles la verdad a la cara y querrán arrancarte la cabeza, no hay nada que digieran peor que les recuerdes lo insignificantes e ignorantes que son.
Aceptarán cualquier mentira agradable y fácil que les pongas por delante, cualquier chuchería que les haga evadirse del mundo que les rodea. Son solo un rebaño de estúpidas ovejas que necesitan constantemente de alguien que les diga qué tienen que hacer en cada momento.
Y por favor, ni se te ocurra poner en duda sus Dogmas patéticos que ni siquiera se molestan en investigar, o te llevarán a la hoguera sin pensárselo dos veces. Lo peor de todo es que encima tú serás señalado como «el malo».
Que irónico, ¿Eh?
Suena dramático lo que cuentas Nobody. Mucho me temo que no se aleja demasiado de la realidad.
Salud!