Tú que empezaste tan lento y cuesta arriba, te me escapas ahora casi de las manos. Enero, que siempre me has dado pereza, te vas ahora dejando tras de ti algunas cosas bellas y buenas. Comenzaste con un libro olvidado, perdido entre todo lo pendiente. Con mala conciencia por haberte tenido arrinconado, te cogí entre mis manos con propósito de enmienda y me sumergí, nunca mejor dicho, entre tus palabras y tus letras. El infinito en un junco, eres un libro que habla de libros. Utilizas las palabras para hablar de las palabras y nos apresas, nos retienes sobrecogidos ante el mayor y mejor de los inventos humanos: el lenguaje. Cuentas en un libro todos los libros. Te cerré hace no tantos días y ya te echo de menos.
A pesar de estar repletas de imágenes, las películas también sois palabras y, en este caso, minuciosas y cortantes como un escalpelo que disecciona cada pensamiento. Nos cuentas, más que nos muestras, lo que pasa por la cabeza de tus protagonistas; todo lo escudriñas hasta el último detalle. Anatomía de una caída, eres la vida puesta en palabras. Nos conviertes en testigos de esa operación a corazón abierto. La caída, al final, es lo de menos. No dejas resquicio sin examinar; quieres, pero no puedes, ceder el paso final a la duda. Eres una película llena de palabras. Eres una película escrita.
Siempre que venís a casa, amigos, os pongo música, de la misma manera que cuando estoy solo siempre me pongo música. Mi casa, siempre eres música. El mundo y la vida tenéis para mí banda sonora. Perfect days, eres una película perfecta en la que no pasa aparentemente nada. Eres película y eres música. Celebras la rutina como alegría, el presente como lo único existente. Qué fácil lo cuentas y qué difícil es cumplirlo. Estamos siempre pendientes del pasado y anhelando futuros inciertos. No cuentas, nos invitas a sumergirnos en el momento irrepetible, en las sombras y las luces que siempre serán diferentes y en el despertar único de cada mañana. Perfect days, eres todo eso y además con banda sonora, como mi vida.
Te vas, enero silencioso, como quien no quiere la cosa. Te vas neutro y en blanco y negro. Te vas pero me dejas recuerdos que, como siempre, me alejan del presente.
Ya ves, enero, que no aprendo.
Deja un comentario