Universos paralelos

Desde que tengo memoria he intentado seguir el camino del corazón, defender la idea, el símbolo e imaginar lo espiritual como un todo. He querido creer,como Don Juan, que en nosotros se encierra un universo y que guardamos capacidades impensables, misteriosamente al alcance de la mano.El corazón dicta y la cabeza asiente. Las palabras nos llevan por los caminos que pronunciamos y se extiende ante nosotros un paisaje infinito que podemos moldear a nuestro antojo.

Agazapada, que no dormida, la razón aguarda su oportunidad y constantemente amenaza con hacer saltar nuestras defensas.

¿Y si al final de todo, el sol no es más que una estúpida bola de fuego que se muere lentamente y la luna no es otra cosa que un planeta herido cubierto de polvo perdido en el espacio?, ¿y si la naturaleza no imita al arte y todo se reduce a dos o tres ecuaciones?

En esos momentos miro a mi corazón y sólo veo una víscera palpitante y monótona que nada tiene que decirme.

La razón, subida a lo más alto, parece reirse de mi y sardónica me dice: sigue, sigue jugando.

Entonces me gustaría olvidar todo y, como el poeta, ir de mi corazón a mis asuntos.Pero la lógica implacable del tiempo, la paciente razón cuadriculada, abusando, como siempre, de su fuerza, me recuerdan que por más que me empeñe, la vida y la muerte no entienden de metaforas y que nosotros, ilusos creadores de la nada, no somos más que polvo que vuelve al polvo,minúsculas bromas del destino que juegan a imaginar lo inimaginable, a hablar de lo inefable.Insípidos mercaderes de entelequias.

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Podría decir ahora lo contrario y no engañarme.Pensar que el corazón ha adoquinado cuanto piso.Soñar en sueños tan precisos como la delgada línea de la aurora. Defender que el rayo verde no lo podrá explicar jamás la ciencia y que sólo los ojos del alma pueden percibir su destello inapelable.

El corazón dicta y la cabeza asiente. Las palabras, pobladas de significados, reinventan un mundo inexistente. La razón, pobre ya en argumentos, recoge las  velas y escapa rumbo a ninguna parte.El mundo se alza  entonces ante nosotros como un prodigio  surgido de la nada.El corazón ya no es víscera sino color y calor que nos recuerda que las entrañas mandan, que la seca razón no ve más allá de lo evidente, que detrás  se extienden sin límite los campos azules de un mundo que Don  Juan nos muestra inmóvil, detenido, suspendido en una pausa del tiempo.

7 comentarios

  1. Hola Neurotrans…,

    En este momento el corazón me dicta agradecerte el comentario y la cabeza por supuesto asiente.

    Un saludo

  2. Amigo mío, no hay vuelta atrás. Después de haber sufrido uno de los violentos espaldarazo de Don Juan, después de haber atisbado por cualquier rendija posible la gloria del universo paralelo, pero propio, donde no estamos sino en algunos escasos sueños; después de haber comprendido, más allá de toda duda, que sí se dibuja a diario un camino único que aguarda paciente una a una nuestras huellas… no hay vuelta atrás. No hay ya un preguntarse que pueda parecer razonable a nuestros propios oídos o a nuestros pensamientos.

    He visto que para mí no existe un águila para tragarnos al final. Pero tampoco existe un final verdadero, ya que no existe el tiempo más que en las historias de terror que le cuentan a los niños para dormirlos de miedo. Desde donde yo estoy ahora, puedo ver a veces destellos fugaces de ambos universos. Puedo ver también que no basta entrar al verdadero para no salir jamás, si tus amigos se quedan atrapados y ciegos en las garras de la ilusión que reina de este lado. Puedo ver que la puerta entre ambos no está aún al alcance de todos, puedo ver que la noche sin luna reina por todas partes y que las estrellas no alcanzan a alumbrar ninguna senda, ningún camino grande ni pequeño y no puedo quedarme cruzada de brazos. Algunos nacemos para lazarillos. ¿Cuándo decidirás por fin abrir el libro?

  3. El espaldarazo de Don Juan,bien fuerte ,por cierto, sirve para aceptar como posibles diferentes tipos de realidades.Al mismo tiempo,hemos de aprender a vivir con la duda permanente.¿Existe algo?No basta con responder sí o no.Creo que Don Juan abarca mucho más que eso y nos propone, como dice Richard de Mille en su libro sobre Castaneda y Don Juan, un triple camino:saber lo que es(ontología),cómo saber lo que es(epistemología) y cómo vivir para saber lo que es(ética).
    El camino se presenta,por tanto, árduo y más para los que todavía hemos simplemente empezado a atisbar algo de lo que ni tan siquiera estamos seguros.
    Los lazarillos cumplen su papel ayudando y guiando a los ciegos.A medida que uno empieza a vislumbrar algo tiene la obligación de crear su propio camino.

    El libro del que hablas,¿es un libro con mayúsculas,es «el libro»?Si fuera así me daría un no sé qué abrirlo.
    Se hace camino al andar.

  4. Mi querido Jusanawi, parece que hoy decidí interferir en vuestros diálogos, perdón por ello, pero vi el nombre de don Juan y no pude evitarlo. Fue mi gran maestro, bueno carlos Castañeda, cuando era una jovencita que ansiaba encontrar las respuestas a las miles de interrogantes que nacían en mi inmadura cabeza, o tal vez alma?. Me sirvió mucho, practique todas sus enseñanzas. Estuve hace poco en Mexico y me tuvieron que afirmar para no ir a probar todos sus hongos jeje. Lo medular de mi respuesta es decirte que las emociones a veces, interfieren en la claridad, son etapas en que se todo se nubla, pero pasa, todo pasa y llega la COMPRENSIÓN a raudales. Sólo escucha…, recuerda, «lo esencial es invisible a los ojos».
    Otro abrazo, este lleno de luz. ahh para ambos.

  5. Hola Patricia,

    ¿Cómo puedes pensar que interfieres?No hay nada que perdonar y te invito a «interferir» cuanto gustes y cuando te apetezca.Don Juan también ha sido importante para mi.La prueba es que no puede pasar mucho tiempo sin que relea uno de sus libros,y cada vez te aporta algo nuevo o diferente.Siempre figurará entre mis libros de cabecera.Espero que la comprensión a raudales de la que hablas llegue como una iluminación,en el momento más inesperado donde todo aparezca claro y transparente,al menos por un instante.Espero tambien que en ese momento la emoción no nuble sino que ilumine.

    Un abrazo emocionado e iluminado

    «Lo que llamamos realidad no son sino descripciones del mundo»

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