Todos los niños tienen un color predilecto.Lo defienden a capa y espada.Es su primera bandera.Yo prefiero mil pero, al final,vuelvo siempre a los mismos.
Pensar en colores, en una primera fase, es pensar en objetos: el lápiz rojo, el peluche verde, el coche azul.Después,sin apenas darnos cuenta, el color se instala en nosotros y, poco a poco, es el color mismo el que se nos representa.
Ser fiel a un color, ser monógamo, se pierde con la infancia.Casi nunca, además, coincide nuestro primer color con los elegidos más tarde.
Disfrutar los colores es aprender a mirarlos, prestarles la atención debida.No son simples acompañantes, no se limitan a decorar nuestras vidas.Nos exaltan,nos calman,nos absorben, nos hablan.
Los colores suenan bien.Decir rojo, naranja,violeta o azul es comprender la poesía que esconden las palabras.
Mi cabeza me lleva a lo simple, busca el blanco infinito, el rojo intenso y el negro.Mi corazón, disidente,estalla en colores y la hoja en blanco acaba poblada de naranjas,amarillos y verdes.
Con el paso del tiempo he vuelto a ser niño otra vez y tengo de nuevo si no uno, si al menos una colección de colores.La diferencia es que estos colores ya no pintan objetos que toco o guardo en cajones secretos.Son lo que son: colores.
Azul tintín,rojo sangre,amarillo trigo,gris tranquilo,negro absoluto,luz naranja,blanco imposible o marrón carmelita.
Me gusta Hodgkin,me gusta Hopper, algo de Matisse y todo de Rothko. No me gusta la pintura, me gustan los colores.
Perder la vista en el blanco, sentir el latido del rojo, mirar a través del negro y descansar en el gris azulado.
Tanto color y me gusta el cine en blanco y negro.
Hacer colores y repetirlos exactamente igual es una de las cosas más difíciles que me he encontrado.
Es todo un arte mezclar pigmentos, resinas y bases. Referenriarlos y conseguir que sean iguales sobre distintas superficies es complicado. Sobre todo, cuando éstas migran o los colores diseñados son transparentes.
El color de la carne humana es de los más difíciles y admiro a los artistas que son capaces de hacerlo bien.
Me gusta tu reflexion sobre los colores y estoy de acuerdo contigo, los colores nos hablan, nos sugieren sensaciones, nos transportan. Sin embargo después de haber visto tus Wallpapers dudo que solo te gusten los colores y no la pintura. Te delatan tus estudiadas y logradas composiciones pictóricas.
Arístides,
Hay muchas personas que parecen relacionar arte con complejidad.Lo que ellos llaman complejidad. Olvidan cosas como las que tú dices.El mero tratamiento y creación de colores son, como mencionas,cosas dignas de admiración.
Anne,
Claro que me gusta la pintura.Tan sólo quería destacar el protagonismo que para mí tienen la luz y el color.Entiendo a los pintores que han terminado por hablarnos a través de los colores.
Gracias.
El color es algo maravilloso que nos permite crear infinitas combinaciones. Es una manera muy bella de expresar ideas y pensamientos. Blog Las experiencias de vida
Hola Darío, bienvenido.
Los colores nos atrapan desde que nacemos.Es imposible contemplar algo sin su compañía.
Gracias por la visita y comentario.
Me pasaré por tu blog.
Los colores se crean, se combinan, se mezclan y se reproducen igual que los sonidos. Creo que es porque en ambos casos tienen que ver con algún tipo de vibración.
Los colores tienen el bono extra de que te los puedes comer, al menos langüetearlos un poco. Creo que no puedes hacer eso con los sonidos. O al menos nunca lo he intentado. Pero cuando era niña, me comí más de un bote de pigmentos en polvo de mi hermano. Y me encantaba lamerme (a escondidas) los dedos embadurnados de pintura. Especialmente la amarilla. Ya no lo hago, claro. Me enseñaron que era tóxica.
Para mí el bono extra está en tocarlos.Es diferente tocar una superficie negra, una roja o amarilla.Es el único problema de verlos en un pantalla.Están atrapados debajo de ella.