XX XY

Durante siglos y siglos de historia hemos asistido al bochornoso espectáculo de ver cómo media humanidad era silenciada por la otra mitad. Los hombres con su actitud arrogante han cerrado las bocas de las mujeres no sólo por la fuerza sino con la más sutil artimaña de hacerles creer que estaban mejor calladas, que su misión era reírles las gracias a ellos y  asentir a lo que  su amo y señor decía, que su mundo estaba en otra parte y que su realidad era diferente.

Sé que el mundo ha estado siempre hecho a la medida del macho y sé también que para ocultar esta situación se han creado los más horribles de los tópicos: detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, la que de verdad lleva los pantalones  es ella…Son siniestros realmente y quien se los cree lleva la peor de las vendas sobre los ojos: la de la ignorancia y el engaño.

Todo eso es una absoluta mentira. La triste realidad es que las mujeres han estado condenadas al silencio y las pocas que han osado abrir la boca han pasado por muchas más penalidades por el mero hecho de tener diferentes cromosomas.

El siglo XX ( cromosomas femeninos) ha sido tal vez el siglo donde más avances se han conseguido en lo que llevamos de historia. La medicina, la ciencia y la tecnología pueden dar fe de que esto es cierto. Con todo, el avance más importante ha sido, sin ninguna clase de duda, la equiparación, al menos sobre el papel y sólo en ciertas partes del mundo, de la mujer con el hombre. No se ha conseguido aún igualdad real alguna pero por primera vez una cantidad importante de los habitantes de este planeta acepta este prodigioso cambio con naturalidad.

A pesar de todo la mujer guarda demasiado silencio. Su participación en el mundo público, no en el mundo de los hombres, es todavía muy escasa y el camino que queda por recorrer es, sólo con imaginarlo, agotador.

Hay una excepción en este mutismo generalizado. Hay un mundo en el que esta tendencia se está rompiendo y en el que asistimos  día a día a la creación de una realidad diferente. Ese mundo es internet, más concretamente los blogs y las redes sociales. Tal vez la razón primera sea que ese mundo es nuevo, que todos hemos empezado de cero. Es un mundo que tiene menos barreras de entrada puesto que cada uno es dueño de su espacio. Sentados frente a la pantalla del ordenador podemos, independientemente del sexo, decir o hacer lo que queramos. La imagen, gracias a dios, no cuenta a la hora de valorar lo que cada uno crea. En unos pocos años las mujeres han mostrado en público más ideas, palabras, músicas, pensamientos y opiniones que en todos los siglos pasados.

El mundo de la creación parecía vedado a la mayoría de las mujeres. El arte era masculino y esto, obvio es decirlo, es tan tonto como pensar que la expresión de inquietudes venía determinada en los genes. La comunicación entre iguales ha dado un paso de gigante gracias al ratón y al teclado, benditos sean.

Uno puede pensar que la explicación a este fenómeno es la posibilidad de ocultarse tras una pantalla, de no exponerse en vivo y en directo a la indiferencia del otro. Es una forma de verlo y no niego que haya parte de verdad.  La misma verdad, en todo caso, que se oculta en cualquiera, independientemente de su sexo, que aprovecha el anonimato de la red para expresar lo que siente.

Según parece hay más mujeres que hombres en Facebook, hay más lectoras de blogs y  el número de blogs escritos por mujeres crece exponencialmente. No es un asunto anecdótico. La blogosfera, el ciberespacio es un mundo virtual tan real como el que  vemos y tocamos todos los días. En él todo el que quiera puede dejar constancia de lo que piensa, puede mostrar sus opiniones, puede comunicarse, intercambiar información, enseñar sus creaciones cuando y como desee.

Si esto es una señal de lo que está por venir no lo podemos asegurar todavía. Lo que sí demuestra es que lo natural no son los papeles repartidos como en una obra de teatro donde el director siempre es el mismo. Lo natural es que en un mundo nuevo la participación no se impone y cada cual decide cuándo, cómo  y de qué quiere hablar.

Los blogs más leídos siguen siendo los escritos por hombres, los temas más buscados responden a lo que culturalmente se ha aceptado como masculino. Estamos ante el atisbo de un cambio y, eso, que parece poco, nunca jamás lo habíamos atisbado.

La posibilidad de un cambio real en la sociedad donde cada uno actúe, exprese, cante, pinte, escriba, cocine, fotografíe, sueñe, rece, piense y diga lo que quiera es demasiado bonita como para creérnosla todavía. Internet y todo lo que conlleva está todavía en pañales, le quedan todavía años para llegar a la adolescencia y más aún para una época estable y madura. No es malo lo que de momento nos ha dejado.

Yo podría ser una mujer y a nadie le importaría.¿O sí?

59 comentarios

  1. Yo llego hasta decir que hay veces donde la supuesta objetividad de la distancia nos hace no comprender en absoluto y nuestros juicios sirven de bien poco.

  2. Es cierto. Pero también es cierto que ningún juicio excepto el propio sirven para producir ni cambios ni mejorías. Puedes decirle a alguien un millón de veces que está siendo irresponsable y mientras no logres que lo vea con SUS propios ojos, pierdes el tiempo.

  3. No es que quiera poner punto final al debate pero es que en esta última afirmación, no puedo contradecirte.He comprobado demasiadas veces lo que dices.

  4. El debate se termina porque tú te niegas a reconocer que tengo razón también en lo del acuerdo. Por qué esto es así, por qué te resistes, no lo sé. Sólo puedo especular… Espero que sea porque…. bueno, qué más da. De todas formas, ya se terminó.

    PS: ¿Ves? Me he puesto de acuerdo con algo que tú planteas (que se terminó el debate) y con lo cual no estoy de acuerdo en principio, pero sí en cuanto a mi actuación o a mis acciones. No importa tanto lo que creamos o lo que consideremos. Al final, son las cosas que hacemos o dejamos de hacer lo que definen el rumbo que toma nuestra vida. Sólo lo hice para fines de demostración.

  5. En los debates siempre hay uno que cree saber exactamente lo que el otro piensa y eso no vale. Es como jugar sin ventaja sin tenerla.
    Es muy difícil separar lo que pensamos de lo que hacemos.Si es cierto que cuanto más coincidan el uno y el otro más cerca estamos de la integridad, la consecuencia y de la libertad. Cuanto más distancia haya, más frustración y falsedad.
    ¿Qué es el pensamiento sin acción?¿Es eso posible en mayor o menor medida?

  6. Debes saber que me he sentido profundamente herida por tu primeras dos frases. La razón es que generalizas lo que yo consideraba que no podía ser menos generalizable. Pero si es verdad que lo crees, pues amén. Si no supiéramos –hasta un punto, claro– tú y yo lo que el otro piensa, nuestros díalogos no pasarían nunca de ser algo como

    — «Me ha encantado tu entrada, te felicito, escribes muy bien, me gusta mucho lo que haces».

    — «Muchas gracias, es un verdadero placer el que pases por aquí y te guste lo que escribo».

    El resto del comentario no lo leí, porque tuve que salir corriendo a Urgencias a que me pararan la hemorragia.

  7. Eres demasiado dura conmigo. No era mi intención provocar ninguna herida.Lo juro. No era más que una contestación a tu afirmación de que me negaba a aceptar que tenías razón en lo referente al acuerdo. Tal vez se me fue la mano. Lo siento.
    De peores hemos salido.

    Su arrepentido disputador.

  8. ¿YO soy dura con usted??? ¡Ofrézcome!
    Es cierto.
    Bien, sufra un poco más por favor y después quizá considere perdonarle.

  9. Acepto la penitencia. Tras el acto de contrición y el propósito de enmienda es lo único que me falta para conseguir el perdón.

  10. Vale vamos a quitar la variable del sexo de la ecuación. Las personas que maltratan (porque también hay mujeres maltratadoras) no estan bien de la cabeza, algo falla en su cerebro y por lo tanto la persona maltratada es quien debe tomar las riendas y ponerle fin. Dudo mucho que un maltratador/a despierte un día y se de cuenta de todo el daño que le causa a su pareja y decida parar asi por las buenas.

  11. Acepto la modificación de la ecuación.Sobre que hay mujeres maltratadoras, no puedo negarlo pero sí afirmar que su cantidad es ínfima comparada con la de los supermachos. ¿Están locos? Es una posibilidad que nos consuela para que nos sirva de explicación cuando no queremos aceptar la realidad. Yo no me la creo.

    Es cierto que es difícil que un maltratador decida por sí solo parar. Nuestra labor es que no existan nuevos maltratadores. Para eso hay que cambiar muchas cosas y mientras lo hacemos, como se suele decir, tolerancia cero.

  12. OK, ya estás perdonado, luego de este último comentario a Cerecita.

    Sí. Están locos. No es un consuelo. Es la realidad.

    Están locos en el mal sentido de la palabra, no en el sentido en que nosotros estamos locos. Están locos en la medida en que no son capaces de ver las cosas como son, las consecuencias de sus actos para sí mismos y para los demás. Locos en cuanto a no poder distinguir la verdad de la mentira, lo correcto de lo incorrecto, la razón de la irracionalidad. Por supuesto que todas esas cosas son contrarias a la supervivencia y por tanto, a la razón y a la cordura.

    Que estén locos no quiere decir que no son responsables por sus actos, como cacarean los psiquiatras. Quiere decir que son incapaces de ver que lo son y más incapaces aún de actuar en consecuencia para reparar de algún modo el daño causado.

    Como alguna que otra vez, en mayor o menor medida, nos ha sucedido a todos.

  13. Gracias por el perdón.

    Al final el problema se circunscribe a lo que consideramos locura. Mejor dicho, y así no entrar en disquisiciones psiquiátricas, en la responsabilidad de los actos de uno.
    Cuando decimos que las cosas son como son estamos poniendo muy dificil el acuerdo porque cualquiera puede diferir de cómo son las cosas. Si incluso en el plano científico cuesta mucho llegar a ese acuerdo no digamos nada en el del comportamiento.
    A alguien le puede parecer muy bien el uso de la violencia como medio de resolución de conflictos personales o como satisfacción de sus frustraciones o incapacidades. Me da exactamente igual que se lo parezca. A la libertad de pensamiento no se le pueden poner barreras a la de acción sí. Las barreras las decidimos nosotros y a quien las traspasa le consideramos responsable y culpable de haberlo hecho. La culpabilidad es inevitable, la responsabilidad es más discutible. Puede ser plena o puede tener algún condicionante. Es cierto que estos los suelen decidir los psiquiatras pero también lo hacen las leyes. Las leyes por definición no pueden prever todos los casos y llegan a extremos prácticos pero dudosos de poner límites según la edad, por ejemplo, y establecen la responsabilidad penal en los 16 o en los 18 años según los casos. Todo el mundo sabe que una persona con 15 años y 11 meses puede ser tan responsable como uno de 16 años pero el consenso nos obliga a tomar ese tipo de decisiones.
    A los niños se les quita la responsabilidad penal y todos conocemos niños perfectamente responsables de lo que hacen.
    Con los locos pasaría lo mismo. El problema con ellos es que el consenso sobre quién está loco y quién no es dificilísimo.
    Algo similar ocurre con lo que hacemos bajo los efectos de las grogas. El conductor borracho puede que no sea consciente de lo que hace pero sí lo fue de beber sabiendo que luego conduciría.

    Difícil cuestión. Lo que está claro es que no podemos establecer normas individuales y menos respetar todos los comportamientos. De hecho nos da igual que para el maltratador esté muy bien lo que hace. Esa es la clave. No se trata de juzgar si el que maltrata lo hace porque lo considera justificado o no. Lo condenamos igual. Lo puede pensar pero no lo puede hacer. Aceptar esto es la única posibilidad de convivencia.

  14. De nada, J. De entrada te digo que suscribo cada palabra tuya. Espera, deja asegurarme….. a ver… mmmmm….. OK, sí. Suscribo cada palabra.

    Lo que me parece interesante es que sé que no estamos por completo de acuerdo, pero como lo has planteado, no tengo nada que objetar.

    Algunas precisiones tengo, sin embargo.

    Lo primero es que dije Cerecita, por decir Sirenita. Sorry, baby.

    Lo segundo es que el que las personas difieran sobre cómo son las cosas, no hace que las cosas no sean como son.

    Ahora mismo hay 24° C. A alguna persona le parecerá que hace calor, a otra que está templado, a otra que está fresco…. aparecerá uno que diga que se muere de frío. El resto pensaremos que está loco, ya que se sale por completo del rango tolerable de acuerdo-desacuerdo. Esa es una de las formas de ver la locura: una persona que está en desacuerdo con lo que los demás interpretan que es la realidad. En esa categoría de locura caemos muchas veces los miembros del Club del Perro Verde. Sin embargo, nada de lo anterior puede subir o bajar ni una décima el termómetro. Hay 24 grados y eso es lo que ES. Claro, estos «24°C» también son fruto de un acuerdo previo sobre mediciones, sistemas de medida, etc. No hay ninguna realidad más o menos objetiva que se pueda desligar de un acuerdo. La mujer murió por la golpiza. Está muerta y enterrada, eso es lo que ES. O está en el hospital con contusiones múltiples. Eso es lo que ES, independientemente de cualquier consideración. Esas realidades son fácilmente observables y medibles. Otras, como tú bien dices, no tanto.

    Lo tercero es que uno de los muchos problemas de la psiquiatría es que se ha autoproclamado «La Autoridad» sobre un tema que ignora profundamente (y que SABE que ignora): La mente humana, su anatomía y su funcionamiento. Y por ende, su reparación. Y el resto de la sociedad está todavía muy dispuesta a acatar dicha «autoridad» sin el menor asomo de cuestionamiento.

    Esto de ninguna manera quiere decir que no se pueda determinar el límite entre la cordura y la locura. Este límite existe, está en un punto de la escala de tono emocional. Que nadie lo sepa o que alguien pueda no estar de acuerdo con ello, no le quita un ápice de verdad. Pero es un límite progresivo. Es decir, no estamos cuerdos o locos. Somos «más y más cuerdos en la medida en que» adoptamos soluciones (no sólo ideas) que favorecen a la supervivencia de nosotros y nuestras circunstancias. Y estamos más y más locos en la medida exacta de lo contrario. Es muy simple.

    No todos los locos son unos enajenados vociferantes ni piensan que son Napoleón. Los criminales están todos bastante locos, no importa que sean unos muertos de hambre o dueños de una pared atestada de títulos de postgrado. O presidentes de la mayor transnacional farmacéutica. O banqueros internacionales. Y de la misma manera en que tenemos estados emocionales agudos o crónicos, podemos estar locos por unos minutos, o de modo más o menos permanente.

    Lo cuarto es que la ley, la justicia, como tú muy bien propones, está ahí para poner ética en los casos en que la persona es incapaz de actuar éticamente por sí misma. Desde el regaño materno, hasta las resoluciones de la Corte Internacional de La Haya tienen el mismo propósito.

    Podría seguir precisando por bastante tiempo, pero pienso que el límite sensato lo sobrepasé hace ya un buen rato. (Salió verso).

  15. Los 24 grados son siempre 24 grados. La sensación de frío o de calor son también verdad para quien las siente. Otra cosa es la opinión que nos merezca quien lleve abrigo y bufanda con esa temperatura. Los grados no son interpretables, las sensaciones sí.

    Los seres humanos tienden a acatar como verdadero sin cuestionar nada no sólo lo que dicen los psiquiatras sino lo que dicen los médicos, los científicos, los políticos, los economistas, los chamanes o los papas. No es simplemente que se fíen de lo que los supuestos expertos dicen sino que sienten una natural inclinación a que otros decidan y sepan por ellos.

    De acuerdo en lo que dices respecto de la cordura y la locura. Muchas veces sucede que nos tranquiliza poner el adjetivo de loco a lo que se sale de la normalidad. Aquello a lo que no encontramos explicación nos tranquiliza pensar que es producto de una mente desequilibrada. Es una respuesta demasiado fácil y cómoda. Los humanos tienden exageradamente a la comodidad.

    No creo que la función de la ley sea poner ética como dices. De hecho la ley suele ser ciega por definición y no atiende a las motivaciones que nos llevan a actuar de una determinada manera. Creo que la ley pretende poner orden utilizando también, por desgracia pero necesariamente, la coacción para mantenerlo.

  16. OK.

    Cierto, pero la inclinación de natural no tiene nada, es completamente artificial.

    [smile]. (A estas alturas todavía me confunde un poco a veces cuando usas la primera persona plural). [smile]. Por puro amor a la polémica, no veo que la tendencia a la comodidad sea algo malo per se. Las cosas no tienen que resultar de un esfuerzo descomunal y titánico para tener valor, ni de sangre, sudor y lágrimas. Eso se lo inventó el Dios bíblico para castigar a Adán y a Eva, y bueno, todavía se sigue aceptando sin cuestionar, como a los psiquiatras, los médicos, los científicos, los políticos, los economistas, los chamanes o los papas.

    No puedo comprender dónde reside tu incredulidad. Me he quedado de una pieza. [Aquí debería ir otro PLOP! pero no quiero «tensar demasiado la cuerda», como dices tú.] ¿Existiría la más mínima posibillidad de que hubieras leído mal algo que yo escribí? Si no es así, es que tenemos definiciones divergentes sobre lo que es ética, lo que me parece improbable, de toda improbabilidad. Espera…..

    Oh, no! Ninguna de las anteriores. Shame on me. OK. «Ley» está de más en lo que escribí. Tú tienes razón. La justicia tiene ese propósito, no la ley. Oops.

  17. La tendencia a la comodidad no es mala per se. Todos buscamos vivir bien ( esa es la base de la ética). Cuando yo critico la comodidad, critico a los acomodados que prefieren que todo se lo den masticado y que evitan el esfuerzo ( no tiene porque ser titánico) de pensar por sí mismos. El mundo está lleno de gente que no tiene ni un sólo pensamiento propio. El mundo está lleno tembién de gente que prefiere mirar siempre para otro lado. Los comodones tienen como misión adormecer su conciencia.

    Creo,después de leerte, que sí estamos de acuerdo en lo referente a ley y justicia.

  18. [smile] con chispitas (olvidé cómo les llamas tú).

    PS: Si no te gustan las caritas amarillas ¿por qué no se las quitas a tu blog?

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