Hay muchas preguntas a las que tratamos de dar respuesta. Hay muchas dudas que nos corroen el alma y las ganas. Algunas las arrastramos con nosotros como arrastramos los pies o nuestra sombra. El problema de alguna de estas cuestiones es que nunca acabamos de estar seguros de la respuesta. Es desolador devanarte los sesos para nada. La certeza es siempre escurridiza. ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Qué podemos conocer? ¿Qué son el bien y el mal? ¿Cómo debemos actuar? ¿Hay orden en el universo? ¿Dios? ¡Dios! Estas y otras muchas angustias atenazan nuestros días y nuestras noches. Tanto esfuerzo para acabar tirando la toalla y saber que no sabemos nada. Esta conclusión además, es, para nuestro oprobio, todo menos original.
De vez en cuando, sólo de vez en cuando, vemos ciertos temas claros como el agua. Sentimos la seguridad que sólo proporciona lo evidente. La duda, arpía como ella sola, esta siempre ahí para acecharnos. Aguarda cautelosamente para sembrarse a sí misma y preguntarnos: ¿cómo si algo es evidente, no es visto por todo el mundo? ¿eres tú el único con ojos en la cara?
Hace unos días escuché, como tantas veces he hecho pero nunca me había detenido a pensarlo, que en una votación parlamentaria un partido político se había abstenido. En vez de seguir fregando y pensando en las musarañas, me quedé mirando la radio y vi la evidencia reflejada en su carcasa negra. ¿Puede un partido político abstenerse en una votación? ¿Pueden los políticos a los que nosotros hemos elegido no tener opinión sobre un determinado tema? ¿No les hemos votado para que tomen decisiones? ¿Es posible hacer leyes a través de la abstención?
Cuando un político se abstiene me está privando de mi derecho a votar. Mi voto es delegado pero es voto. Su obligación es tener que optar. Sí o no. A favor o en contra. No valen las medias tintas.
Yo, ciudadano de a pie, sí puedo no participar en algo a lo que tengo derecho si, en conciencia, creo que es mejor no hacerlo bien porque el tema sobre el que tengo que opinar me es ajeno, bien porque no sé lo suficiente sobre él o incluso porque al estar demasiado implicado prefiero ceder a otros la responsabilidad de la decisión. Todo esto no es aplicable a un político. Su deber es decidir, su obligación informarse, conocer y estar implicado.
La abstención en política siempre huele a chamusquina. Detrás de cada abstención hay un pacto que tratan de ocultarme. Hoy me abstengo yo. Mañana te abstienes tú. Esto no tiene sentido. Cuando un partido político se abstiene es porque mediante su abstención quiere permitir que una norma se apruebe o no se apruebe. La trampa es que quiere pasar desapercibido. No quiere ser claro y transparente. Si con la abstención está colaborando con la puesta en marcha de una ley debe votar a favor. Si trata de conseguir lo contrario su voto tiene que ser en contra.
Los partidos políticos están obligados a tener opinión. No se me ocurre ningún tema en el que la abstención sea viable. La abstención sólo se utiliza como arma para pactar. El pacto es necesario en política. El pacto es esencial para la democracia. La abstención es un pacto rastrero y cobarde. Votamos para que voten y pacten, nunca para que se abstengan. Tramposos.
Lo peor de todo esto no es el problema en sí mismo sino nuestra predisposición a permitir que estas cosas ocurran. La inercia, la fuerza bruta de la costumbre hacen que no nos planteemos cosas tan evidentes. Existen los tramposos, no cabe duda, pero existen porque existen los tontos. Sabemos quiénes son los tramposos. ¿Quiénes somos los tontos?
Atontado por tanta evidencia, llego a dudar de mi cordura. Si tengo que volverme loco prefiero que sea por dedicar las pocas neuronas que me quedan a pensar en el ser y la nada. Por lo menos ahí la abstención es un poco más elegante.
Entiendo que sientas impotencia, a veces es normal. Un saludo.
zamoranita, creo que ha sido el comentario más rápido que he recibido nunca.
Hablas bien de impotencia. Creo que la sentimos todos. En vez de rebelarnos preferimos mirar para otro lado con demasiada frecuencia.
Salud!
Se abstuvo ¿respecto a qué? ¿De qué se trataba la votación? Hago la pregunta de dos maneras para que no vengan unsolicited intérpretes a traducirme. Supongo que si no lo mencionas es porque no era algo de gran trascendencia, pero igual me da curiosidad. (-:
Satisfaré tu curiosidad aunque en este caso no es lo importante sino simplemente lo que me hizo reflexionar sobre el tema. Se trataba de una votación para decidir si los ciudadanos de Cataluña deberían pagar o no un euro por cada receta extendida por los médicos para comprar medicamentos.
Eso fue todo.
[Smile] Interesante. Entiendo un poco mejor la abstencón. Al menos les lanzaron huevos…. Algo es algo.
Menos es nada.