A dónde van los recuerdos cuando se olvidan. Dónde quedan las huellas de los pasos dados. Cuándo se extingue el sonido de la música que un día escuchamos. Dónde estás tú cuando no te veo. Por qué el tiempo se va sin dejar su rastro. Dónde se esconden los sueños cuando despertamos.
Ayer talamos el plátano enfermo. Hoy está esparcido por el suelo. Ya no existe el árbol. Mañana será humo, pasado recuerdo y después olvido.
Te he visto esta mañana trabajando. Sentada a la mesa grande de la habitación del fondo. Te he mirado un rato mientras escribías absorta entre las teclas y tus pensamientos. Ya no eres la niña a la que leía cuentos, ya no ríes como reías ni juegas una y mil veces al mismo juego sin nunca cansarte. Hoy estás, en unos días te irás y la distancia me hará preguntarme dónde te encuentras al ver esa silla vacía, dónde te has ido, por qué ya no recuerdo la niña que con mirada fija escuchaba lo que le decía.
Por qué tantas veces trato de recordar, por qué lo pasado se hace cada vez más grande. Por qué da tanto miedo olvidar lo que fuimos, lo que ya no somos. Por qué me niego a pasar la vida olvidando. Por qué me aferro a lo hecho, a lo dicho, a lo visto, a lo escuchado.
Estás arriba en tu cuarto, esta tarde te has quedado en casa, casi no te oigo. Sé que preparas un regalo, me los has dicho. Hemos comido juntos en el jardín. Veinte grados en diciembre. Ahora ya dentro pienso en cómo eras hace cinco, hace diez, hace quince, veinte años y me quedo colgado de tu imagen cuando recorrías estos caminos buscando insectos a los que salvar de una muerte segura, bichos con los que asustarnos, recuerdo cómo caías dormida después de días sin tregua.
Dónde se quedan las palabras dichas. Tantas que parece que no hubiera ni una sola más por decir. A dónde se fueron los libros que ya nunca encuentro. Por qué desaparecen las cosas que sé que existieron. Por qué es cada vez más difícil encontrar lo que busco.
Hoy no estás pero sigues durmiendo a mi lado. Espero ser yo la rutina que tanto te gusta. Ya casi no recuerdo qué había antes de estar tú, antes de ser tú aquí y ahora además de todo el pasado. Recuerdo tanto tu risa que la escucho siempre que te veo, siempre que recuerdo.
Dónde está todo lo que guardaba dentro. Anhelos, rencores, pensamientos, recuerdos. Ilusiones, miedos, certezas y dudas. Dónde buscar lo que fue y ya no recuerdo. Cómo escapar del olvido que fuimos y del que seremos. Cómo ser ahora, recuerdo y olvido al mismo tiempo.
Estoy ahora sentado en el sofá azul, veo la mesa redonda a mi derecha. Miro frente a mí la chimenena apagada. Una lámpara japonesa ilumina la pared de ladrillo. La escalera conduce silenciosa al piso de arriba. Por la ventana asoma la noche. Me detengo y pienso dónde estaré yo cuando alguien me recuerde.
Qué duro saber que el olvido siempre se impone al recuerdo.