Dónde está el azul. Dónde la luz. En el color, en los ojos o en mis palabras. Dónde tú cuando no te veo. En el tú pronunciado, en mi mente o en mi recuerdo. Dónde está cada paso que doy. Por delante o por detrás de mí. Dónde el horizonte, punto inaccesible que se desvanece y reaparece siempre igual de lejos. Será eso el infinito, una intuición inalcanzable.

Dónde se halla el tiempo. Se esconde, se dilata, se encoge. Será la búsqueda del tiempo la eternidad donde todo desaparece, donde nada empieza y nada acaba. Serán tan solo las palabras sonidos que se diluyen en el tiempo y en el viento.

Qué soy yo más allá de una inaprensible conciencia que trata, sin lograrlo, de encontrarse en el espacio y en el tiempo. Qué eres tú sino sentido y referencia de todas las búsquedas posibles.

Qué somos tú y yo, qué somos nosotros sino preguntas a la espera de respuestas.

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