La Nada

Yo, de pequeño, creía que meditar era pensar detenidamente en cosas, en muchas cosas. Y, hete aquí, que después uno se entera de que la meditación consiste en no pensar en nada, en dejar la mente en blanco. La sensación más cercana a ese estado que conozco es la concentración. Yo, cuando estoy concentrado, salgo de mi, no soy consciente de que estoy y el tiempo fluye sin darme cuenta. Pero en el fondo yo sé que me engaño, que estoy pensando en uno, en algo, y uno es más lo contrario de nada que todo. Cuando uno piensa y divaga no se concentra y sin concentración no hay meditación. Cuando muchas ideas afluyen a nuestra cabeza acaban por dominarnos y algo, no sé qué, nos controla desde dentro. Nos gobierna y acaba dándonos órdenes. Meditar es vencer a ese invasor que se ha hecho fuerte en nuestro cerebro, es callar la voz que oímos dentro de nosotros pero que no es nuestra, es cerrar los ojos y no ver nada, es diluirnos, desaparecer, es el silencio o tal vez la muerte. Meditar es lo contrario de lo que estoy haciendo: pensar, razonar, escribir, elucubrar y concluir. Quien medita no concluye puesto que nada ha empezado. Quien medita no piensa puesto que nada hay que pensar. Quien medita contempla y solo se contempla la nada.

4 comentarios

  1. La meditación me parece una herramienta terapéutica interesante pero de la que se puede prescindir. Pero el pensamiento, incluso si está iluminado/cegado por la bestia interior con la que algunos cargamos, es indispensable para no morirte de asco. Yo, básicamente, soy yo y mi pensamiento.

  2. La meditacion nos demuestra que la felicidad es un estado mental y que no dependemos de nada externo para conseguirla.

    El pensamiento lo utilizamos para resolver problemas.

    Un saludo.

  3. La meditación puede que aporte la demostración, pero no el conocimiento de lo que es la felicidad, al menos no como única vía. De hecho, no he practicado la meditación y, sin embargo, sé que la felicidad es un estado mental y que no dependemos de nada externo para conseguirla (aunque esto último creo que habría que matizarlo)
    De todas formas, me he acordado de tu «La Nada» leyendo una novela. En ella aparece un personaje del que se dice que reflexionaba de forma vaga, que nunca reflexionaba a fondo, que cuando se sentaba y se decía «reflexionemos», nada se le pasaba por al cabeza, que incluso era sólo en esos instantes cuando conocía la nada. Nunca se daba cuenta de que reflexionaba y si era consciente de ello, detenía la reflexión. por eso jamás sabía de dómde venían todas sus ideas, todas sus intenciones y todas sus decisiones.
    See you.

  4. El cerebro funciona de dos maneras diferentes (pero no excluyentes: una lógica y otra intuitiva. Cuando pensamos analizamos las cosas, reflexionamos sobre algo para poder comprenderlo y para ello diseccionamos aquello en lo que pensamos.Nos hacemos preguntas y reflexionamos sobre las posibles respuestas.La desesperada búsqueda de respuestas y soluciones nos hace perder buena parte de la experiencia de conocer.La balanza se inclina sobre lo analtico y lo lógico.
    La meditación, sin embargo, intenta lograr que la lógica y la intuición vayan de la mano.El conocimiento es el objetivo, pero un conocimiento que no se plantea como un medio de obtener respuestas sino que llega gracias a que dejamos que todo sea como es,y si todo es como es,no hay problemas que resolver,no hay nada que juzgar.Ahora sí podemos conocer,podemos ver lo que somos, podemos ser.

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