











Caminar observando lo que ocurre a nuestro alrededor. Las horas del día transcurren sin descanso. Los colores cambian, la luz distinta, ajena a nosotros, nos envuelve. Cerramos los ojos para no verla, para saber qué sucede en la oscuridad. Podemos ver dentro de nosotros porque también allí un destello ilumina. Entendemos la luz porque concebimos la oscuridad, lo mismo que comprendemos la vida porque sabemos que existe la muerte.
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