



In the garden es una canción extraordinaria de Van Morrison. Es muy espiritual. Mi jardín, para mí, también lo es en cierta manera. Cuando estoy en mi jardín, me acuerdo muchas veces de ella. Es aquí donde paso muchas horas del día. Me da luz y me da sombra, calor y fresco. En verano me regala cerezas, ciruelas y albaricoques. En invierno, la nieve le sienta muy bien.
Tiene muchos rincones. Dependiendo de la época del año busco uno u otro. Debajo del almendro las novelas son más novelas y junto al nogal las conversaciones no acaban nunca. De día, los colores se adueñan de los ojos; de noche, no hay más remedio que levantar la vista y contar las estrellas.
El jardín no tiene límites; donde acaba, empieza el amarillo que se extiende hasta donde alcanza la mirada. Poder mirar y no aburrirse nunca de hacerlo ocurre pocas veces.
Las fotografías que acompañan estas líneas no están ahí por ser mejores o peores. Son simplemente las primeras que tomé al llegar este verano. Así me recibió. Desgreñado y seco. Así lo muestro. Hoy tengo ganas de desvelar secretos.
No guru, no method, no teacher
Just you and I and nature
And the father and the
Son and the holy ghost
In the garden wet with rain
No guru, no method, no teacher
Just you and I and nature and the holy ghost
In the garden, in the garden, wet with rain
No guru, no method, no teacher
Just you and I and nature
And the father in the garden
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