Hello world. No sé si celebrarlo. Lo cierto es que sí que me acuerdo. Hoy hace cinco años nació este blog. En este tiempo ha pasado a ser parte de mi vida cotidiana. Nunca he pensado en tirar la toalla. Lo que sí ha cambiado es mi forma de verlo. Creo que hay partes de la vida de un blogger de las que sí estoy cansado. La promoción, por ejemplo. La red está llena de consejos sobre cómo debe uno dar a conocer su blog. Al principio, como todos, esta actividad se convierte en obsesión. Lo que empieza siendo algo lógico y normal acaba convirtiéndose en una obligación tiránica. Conocer a otras personas que escriben, leerles y discutir en diferentes foros es algo vivificante. Tener la obligación de buscar más y más, dejar comentarios insulsos o simples acuses de recibo acaba siendo cansino. He comprobado además, y no deja de ser desilusionante, que uno baja en su número de visitas si no cumple con este rito de comentar en otros lugares. Gente que te lee e incluso alaba cuanto escribes, deja de hacerlo (de leerte) porque tú no cumples con el requisito de dejar tu huella escrita en sus dominios. Así, este mundo se convierte en intercambio y cambalache. Leo porque me leen, comento porque comentan y si no, me enfado y dejo de hacerlo. Eso, definitivamente, no me gusta. Sé que es tirar piedras contra mi propio tejado. Es tiempo de ser sinceros. Yo leo los blogs que me gustan. Busco nuevos y los encuentro. Algunos, es verdad, se visitan por amistad y por costumbre. Esto no tiene nada de malo. También lo hacemos con los amigos y la familia. La inercia, ya se sabe, mueve el mundo.
En el último año casi no he dejado un comentario en otros blogs. Sí los he seguido leyendo. Mi cifra de visitas ha descendido a la mitad. Ahora no me preocupa porque ahora el número de visitas no me importa como lo hacía hace cinco años. Lo que sí es descorazonador es comprobar que muchos lectores fieles se retiran dolidos por tu infidelidad.
Si soy sincero, no lo entiendo. Yo he leído y comentado en blogs de gente que nunca me lee ni deja comentario alguno. Quiero pensar que lo normal es seguir leyéndolos simplemente porque me parecen interesantes.
A parte de esto, hay otras muchas cosas que he encontrado satisfactorias. El concepto mismo de blog, la primera. Todo al alcance de todos. He leído más opiniones sobre casi todos los temas en los blogs que en los periódicos. Esto, para alguien como yo, que no tiene muy buena opinión de la prensa es altamente gratificante. He visto más fotografías estos años que en toda mi vida pasada y he descubierto intereses que ni sospechaba que tenía. Además, por supuesto, he conocido personas a las que de otro modo nunca habría conocido. Pienso en ellas como personas, como amigos que existen en mi vida real. No importa que no les ponga cara. Conozco su palabra, sus ideas, opiniones e inquietudes. Hay mucha gente en mi vida cotidiana de la que puedo decir justamente lo contrario. Y si tengo que escoger, no tengo duda.
Las estadísticas son otra cosa curiosa. Si echo un vistazo a las entradas más visitadas y comentadas no dejo de sorprenderme. No coinciden con aquellas de las que estoy más satisfecho. No me parece mal ni bien. Es curioso. Hay una entrada, por ejemplo, que ha recibido más de quince mil visitas. ¿Es la mejor? No, por supuesto. A veces el destino es tan duro que hace que tu trabajo se conozca más o menos por una anécdota. En este mundo bloggero suele suceder que un título o una etiqueta logren más que mil palabras bien escritas. Algunas de mis entradas predilectas están perdidas en el fondo del tiempo con decenas o, a lo sumo, centenas de visitas. Esto no hace más que constatar lo que todos sabemos que sucede. Vivimos bajo el imperio del marketing y el merchandising. Basta con mirar cualquier ranking y comprobar cuáles son los blogs más leídos. Uno se abochorna y consuela pensando que es mejor no estar entre ellos.
Confesaré otra cosa. Ahora que lo escrito empieza a ser abundante, me he convertido en uno de mis mejores lectores. Me resulta agradable releer lo que escribí hace tres o cuatro años. Me gusta recordar dónde y cómo lo escribí. No siempre asiento cuando me leo pero en general creo que sucribo hoy casi todo lo escrito ayer. Nunca corrijo el contenido. Tan solo alguna letra olvidada o un error ortográfico detectado. Teniendo en cuenta lo cómodo que sería reescribirlos, no sé por qué no lo hago. Algún día, tal vez. Es un reto interesante. Me da miedo, en caso de hacerlo, caer en el estilismo. Primar la forma sobre el fondo. Yo, ya lo he dicho otras veces, casi nunca preparo lo que escribo. Si tengo un tema en la cabeza, me lanzo también de cabeza a escribir. Si no tengo un tema claro me lo impongo y escribo. He llegado incluso a improvisar, a practicar la escritura automática. Cuando hablamos hacemos exactamente lo mismo. Las mejores opiniones no son siempre las más meditadas.
He dejado un hueco en el blog a la fotografía. Creo que es un trabajo apasionante. Yo que no sé nada lo disfruto. No puedo imaginar lo que será si sabes y, ya puestos a soñar, puedes vivir de ello. Esa sensación de mirar, buscar y encontrar algo que quieres reflejar o transformar es apasionante. El resultado, para uno mismo al menos, es muchas veces sorprendente. Me gusta tanto pasear, mirar y sacar la foto de un árbol solitario como captar el detalle de un lápiz sobre una mesa. Me falta probar la pintura. Para eso, me temo, tendré que esperar a otra encarnación.
Con esta, curioso el dato, son ya trescientas las entradas publicadas. Trescientas entradas y cinco años de persistencia. Todas juntas ya van tomando cuerpo. Nunca las he visto en papel impreso. Me tienta.
Antes de empezar a escribir lo escrito había pensado publicar un resumen de datos, entradas, más y menos visitadas, visitantes, lugares de procedencia, curiosidades … Antes de hacerlo quería decir algo y compruebo, una vez más, que ya he dicho demasiado. Ya se sabe, el hombre propone…
El veinticinco de marzo de dos mil ocho escribí la primeras palabras en este blog. Lo hacía sentado junto a mi ventana y frente a mi Ubuntu saludando a los que por casualidad pudieran llegar hasta aquí.
El veinticinco de marzo de dos mil trece, cinco años después, sigo haciendo lo mismo. La ventana y Ubuntu, fieles compañeros, continúan a mi lado. Algunas cosas espero que hayan cambiado. Una seguro. Empecé escribiendo con un dedo. Ahora lo hago con dos. La otra es que espero que ahora haya gente que no llegue aquí por casualidad.
5 AÑOS han pasado? No me lo puedo creer!
Suscribo tus palabras yo soy también de las que leen sin dejar huella y últimamente ni escribo. Me autoproclamo la peor bloguera de la historia.
Un cálido abrazo primaveral!
Cheers 🙂
Mientras sigas escribiendo te seguiré leyendo. Un abrazo
Worst Charlotte,
Sí. Han pasado cinco años. Parece mentira pero así es. Tu huella. lo quieras o no, ya está grabada en este blog. No importa si pasas de puntillas o no. Sé que rondas por ahí.
Otro abrazo, el mío lluvioso. Espero que de momento.
Don José,
Me pone usted la respuesta fácil. Mientras gente como usted me lea, yo seguiré escribiendo. No importa dónde esté, aquí en mi casa o, por poner un ejemplo cualquiera, por donde traza el Duero su curva de ballesta.
Salud y gracias
Querido vecino querido,
Tiene su parte buena y su parte mala. La mala, muy mala, para mí es que hay demasiadas cosas que ya hemos dicho y hemos dicho más de una vez. Como quizá imaginas, me he dedicada a ser enfermera de nuestra querida M en las últimas semanas, una labor ardua e ingrata, te lo aseguro, por lo que no sólo llego tarde a esta importantísima entrada tuya, sino a muchas otras cosas. Me dirás, por diezmilésima vez que no importa, ya que el tiempo aquí no tiene la menor importancia…… ya ves a lo que me refiero.
Me resisto, por otro lado a un escueto «Felicidades!» o a mensajes como el del Sr. José, que (estoy segura) no por escuetos son menos significativos, verdaderos o sentidos.
Si por mí fuera, me enfundaría en mi vestido negro de lentejuelas, aquél de celebrar el Año Nuevo, ¿recuerdas? el que va con el tocado de plumas negras…. unos tacos elegantes, pero que permitan un tango con una mínima elegancia y dignidad, dos copas de cristal Swarowsky (las vi el otro día en un centro comercial que acaban de inaugurar, vecino, impresionantemente hermosas…. costaban 250 dólares cada una…. si los tuviera, ¡no vacilaría ni un minuto! por cierto, mira, aquí están, creo que son estas, aunque tienen otro precio… naturalmente no se aprecia ni el 10% de su esplendor en la foto), bien, tomaría esas dos copas, una botella de Champagne demi y, lamentándolo bastante, omitiría el perfume en honor de tu alergia crónica y bueno…. ¡la noche sería joven por unas cuantas horas más de lo acostumbrado! Es lo mínimo que merecería la ocasión.
En cambio, me veo cambiando vendajes, preparando interminables infusiones y ungüentos a base de hojas gelatinosas, y flores amarillas y violeta y asistiendo de mil otras maneras a la recuperación de nuestra adolorida amiga.
En cuanto a tu entrada, estoy de acuerdo en general, especialmente con las cosas que has escrito que te hacen feliz del Universo Blogger. También con las que quizá olvidaste mencionar… Sobre las otras, bueno, luego de todo este tiempo, he concluido que hay muy poca diferencia entre este universo y el que tiene la caradura de autodenominarse «real». Yo no pondría las manos al fuego por la realidad de ninguno de los dos por encima de la del otro. Posiblemente sea algo como esas habitaciones con espejos en ambas paredes opuestas que reflejan ad infinitumM lo que ocurre en la mitad…. las relaciones por ejemplo, no veo por qué esperar de ellas algo diferente a lo que esperas de las relaciones de «allá afuera» que todos sabemos que son un asco en general y en constante proceso de empeoramiento. Y así por el estilo. Pero vamos a concentrarnos en lo bueno si estás de acuerdo. En realidad, no hay razón para lo contrario.
Muchas felicidades, vecino querido. ¡A tu salud!
K.
Empiezo por el final. Piazzola como siempre. Enorme. Sigo por el medio. Las copas perfectas. Al diez por ciento ya me gustan. Después lo importante. M. cuidada y en camino de recuperación, espero. Esperaremos a su vuelta para el brindis. Por lo demás, no hay mucho que decir. Es cierto lo que cuento. Empecé con la simple idea de hacer un summary de lo sucedido estos años. Datos, estadísticas, curiosidades y links. Antes de empezar comencé a escribir una breve introducción y cuando vi que pasaba de las mil palabras consideré que ya era suficiente.
Con el contenido estoy de acuerdo contigo. Las cosas buenas, las olvidadas, que también son buenas, y las no tan buenas de las que, como bien dices, ya hemos hablado en otras ocasiones.
En cuanto a la semejanza de los dos universos y el comportamiento de sus habitantes en ambos, la conclusión es clara: solo hay uno y los habitantes somos únicos.
Gracias por acordarte y por dejar por un momento tu trabajo de enfermera.
Ánimo para M. The best is yet to come.
J.
Confesé en mi primer comentario, creo, haber llegado a tu blog por casualidad o distracción, da igual… Llegué cansada, con frío (mientras vos tenías calor) aletargada y sin intenciones.
Recibí luz, sorpresas, palabras redondas, color, música, energía…
La casualidad -si existiese- es positiva. Elijo y celebro, querido amigo sin rostro, leerte cada vez que puedo, y confieso sin pedanterías que he hecho una sabia elección.
Pd. Acabo de llegar de unas mini-vacaciones por una de las provincias más bellas de mi país, madre de los mejores vinos de por aquí… serán entonces tus cinco años la excusa para abrir alguno de los souvenirs del viaje. Cheers and congrats!
Esto del anónimo sigue sucediendo… querrá decirme algo o ya estaré comenzando a olvidar mi propio nombre????
La casualidad es uno de esos temas que uno puede defender por la mañana y contradecirse por la tarde. La casualidad es solución para muchas cosas. La causalidad, sin embargo, produce más miedo. En la primera nuestro destino se nos escapa mientras que la segunda somos absolutamente responsables de los efectos que causamos. El azar, que suena más poético, es la causa de todo aquello que no sabemos explicarnos. La cadena de causas y efectos es tan inmisericorde que descansar en el azar es un alivio.
Sea por casua o causalidad, el hecho es que nos encontramos aquí. Tú acabas de llegar de unas vacaciones y yo estoy acabando las mías en casa. Tú te has traído unos vinos contigo y yo he dejado hoy una botella vacía. Sólo me queda una última copa que ahora levanto para brindar y agradecerte tus palabras.
Hoy me iré contento a la cama. (Por tus palabras, no por el vino).
Espero que lo del anónimo sea por pura casualidad.
Cheers and thanks!
Ejem.
Bien. Ya estoy aquí. Gracias a mi fabulosa enfermera puedo decir que estoy (casi) totalmente bien. Por lo que te felicito 5 veces y, claro, traje mi propia copa (por ese precio, no creo que Karen pueda comprar 3).
Si no fueras un inadaptado y antisocial y si fueras menos tajante y riguroso, pienso que serías un blogger perfecto: escribes bien toda clase de cosas con la emoción apropiada, con la extensión apropiada y con la pasión apropiada. Bueno, casi toda clase de cosas…. todavía no he leído poesía por aquí, es decir, poemas, técnicamente hablando. Eres persistente, inamovible diría yo, respondes, juiciosamente, todos los comentarios de tus lectores (lo que –pienso– debe costarte un esfuerzo digno de Hércules algunas veces), publicas regularmente…. creo que eso agota la lista de requerimientos.
Es muy difícil comenzar a leerte y no continuar, no sé de qué manera esas personas que mencionas se las arreglaron, a mí me parece una tarea titánica; no sé si no creerte (para variar), pensar que exageras o simplemente asentir. Por mi parte, como bien sabes, opté por liberarte de tan odiosa obligación (como tú la pintas) junto con el resto de mis lectores y ahora vago por la blogósfera cual espíritu desencarnado, lo cual no me sienta del todo mal. Sin embargo, no creo que sea una buena solución para alguien tan aparentemente poco etéreo como tú. Espero no estar equivocada…
Feliz cumple de blog, J. ¡Salud!
Comenzaba a contestar a tu comentario con el piano de Nathalie de fondo. Nueve minutos cuarenta y dos segundos después retomo la escritura. Soberbio. Viva el jazz.
Me alegra saber de tu casi total recuperación. Brindo con el cacao que tengo a mi lado.
Excepto con los juicios valorativos sobre las bondades o maldades que me adornan o afean estoy de acuerdo con lo que explicas y con cómo lo explicas. Con respecto a las bondades y fealdades no me parece decoroso opinar. Uno acaba siempre conociendo mejor a los demás que a sí mismo. Al menos a la hora de ponerse/les calificativos.
Lo primero que escribí en mi vida fue poesía. Tengo cuadernos llenos. Nunca las he publicado. No digo que nunca lo haré porque a estas alturas no me atrevo a asegurarlo. De momento no me he decidido.
Gracias M. Salud!
La idea era parecer informal y hacerte reír un poco…. obviamente fracasé estrepitosamente en mi intento, espero que sean los estragos de la anestesia que aún no ha sido deportada por completo de mi organismo y no algo que podría ser bastante trágico. Sé lo de la poesía. He perdido la esperanza desde que lo supe, de poder leerla. ¿No has vuelto a escribir? Gracias por Eliane, me pasé 3 días escuchándola…. una maravilla absoluta.
De nada de parte de Eliane. La invitaré a pasar por el club.
Siento no haber respondido como esperabas pero me pudo más responder como lo hice.
La poesía está ahí y crece de vez en cuando. No sé lo que será de ella.
La poesía está bien dentro de un cuaderno. No sé si aguanta bien el paso del tiempo. Los textos, en general, se ven mejor cuando salen a la luz.
Hay que ser valiente para escribir poesía, pero hay que ser un superhéroe para publicarla. Yo, cobarde entre los cobardes, creo que preferiría salir desnuda a la calle que publicar un poema mío. Me gustó la canción que escuchabas en el autobús. La entrada, más todavía, creo que es la tercera o cuarta del tema y me parece insuperable…. aunque contigo nunca se sabe. ¿Estás de vacaciones, ya tan pronto? La vida está plagada de injusticias.
¿De vacaciones? ¡De vacaciones! Ni por asomo. El viaje era por trabajo. Sólo que luego aproveché el tiempo. Los medios de transporte públicos son un excelente lugar para escribir. Cuando sea mayor montaré mi despacho en un tren. En ellos por lo menos hay mesa de trabajo y no hay que escribir encima de las rodillas. En los trayectos de ida y de vuelta de los viajes el mood es especial. Se puede reflexionar, mirar, observar, escuchar e incluso pensar. El lápiz hace el resto.
Gracias. Trataré de superarme.
Una verdadera lástima que aquí no haya trenes. Tengo muy buenos recuerdos de mis pocos viajes, especialmente el que hice por tu tierra. Yo cuando sea grande me dedicaré al papier maché y a la orfebrería. Difícilmente nos encontraremos, deberíamos organizar una despedida o algo así.
Continuando con lo que parece que será ¿la versión 2.0 del IDJC?, ayer descubrí a Madeleine ¿sabías que hay 241 estaciones de JAZZ disponibles en iTunes? O-: Para mi sorpresa, la canción es de alguien… bueno, de alguien que no ha logrado nunca ingresar a mi lista, y mira que lo he intentado. Hasta ahora, le ocurre como a Sabina: sólo puedo escucharlo interpretado, no al natural, con la ligera diferencia que a Sabina, además, yo lo detesto.
Te dejo con ella, a pesar de los peligros intrínsecos.
Olvidé decir que me fascinó la canción anterior, que la considero una maravilla.
Y que esta me gusta aún más. Me recuerda a Kit… espero que esté bien, aunque sea en el centro de la tierra.
Los caminos de Leonard son inescrutables. Todo al final vuelve al origen. Espero que tú al final encuentres el camino. Como acercamiento, la versión de M.P. no está nada mal. Ante su Hey sweet man me quito el sombrero. Está quedando muy bien este IDJC portátil.
Kit? Qué Kit? Su nombre me suena vagamente.
Los trenes son trayectos donde uno puede dedicarse a lo más olvidado: uno mismo.