Página en blanco, bolígrafo y almendro. Libro cerrado, cámara de fotos y el zumbido de las moscas. Brisa de la tarde que comienza, hojas que se mueven, canto de pájaros invisibles.
Almendras y hierba seca. Hormigas que recorren incansables su destino. Maíz, trigo, cebada y un ladrido en la distancia.
Casa blanca, flores rojas, blancas y violetas. Tejas calientes al sol de la tarde. Sombra que cobija. Ventanas abiertas.
El sonido de una campana allá, a lo lejos. Cielo azul, caminos solitarios. Colinas verdes, colinas amarillas, colinas marrones.
Ayer tormenta, hoy silencio.
Vencejos que describen círculos imposibles.
Piedras, cristal, madera y hierro.
¿De qué material está hecho el tiempo?
El tiempo de cada persona se trasforma de acuerdo a sus sucesos relevantes, no está siempre hecho del mismo material. Acaso habrá gente que no tenga tiempo? Mi tiempo por estos días esta hecho de dicotomías: es silencio de radio ante los sonidos más molestos, es tripa y agallas ante las caras injustas, es miel en el desánimo y respiro en la confusión.
Tiempo hecho de silencio, de tripa, de agallas y miel. Ingredientes variopintos para un tiempo único: el tuyo. El mío, entrando ya en septiembre, se muda de tenue a pesado. El tiempo que me espera se hará más presente y ya no podré olvidarlo, que es lo que me gusta. El tiempo, cambiante, es, al fin y al cabo, lo único que tuvimos y lo único que nos queda.
Salud!